jueves, 2 de junio de 2011

Seguiremos luchando y cantando junto al pueblo, querido Julián Conrado, por Dax Toscano


El cantor del pueblo
¿Qué pretenderán argumentar ahora? Que fue un error, que no sabían quien era, que fue una trampa o, como es de esperarse, que la culpa es de Guillermo Enrique Torres por haber estado en territorio venezolano y que Venezuela cumple la ley puesto que no le quedaba de otra que capturarlo al existir una circular roja de Interpol.
Huele a azufre dijo Chávez el 20 de septiembre de 2006 al hacer referencia a la presencia del criminal de Bush en el estrado de las Naciones Unidas. Ahora, lo que huele a azufre, a excremento es la política de alianza con el fascismo colombiano por parte del régimen chavista.
La realidad es que el gobierno venezolano ha consumado la traición a los movimientos revolucionarios colombianos que, en el ejercicio legítimo del derecho a la rebelión armada frente a un régimen explotador y opresor, se enfrenta a los terroristas yanquis y a la explotadora oligarquía santanderista colombiana.
Si, ¡traición de Chávez! que hoy, una vez más, se somete servilmente a las órdenes del criminal Santos. Ya no solo se trata de un acto realizado como resultado de la cobardía del mandatario venezolano, como se pensó tras la entrega del periodista revolucionario Joaquín Pérez Becerra.  La felonía es  evidente al ponerse abiertamente al servicio de un régimen asesino y mafioso, aliado del imperialismo estadounidense, hoy dirigido por Juan Manuel Santos.
El giro es de 180 grados. Chávez denunció en 2005 el secuestro en territorio venezolano en diciembre de 2004 de Rodrigo Granda, militante de las FARC-EP, como un acto de violación a la soberanía de su país, el mismo que fue perpetrado por agentes de la inteligencia colombiana en colaboración con corrutos miembros de la Guardia Nacional venezolana.
Hoy, en cambio, el estado fascista colombiano no tiene necesidad de actuar en forma subrepticia. Ahora cuenta con el apoyo abierto de Chávez y sus aparatos de seguridad e inteligencia.
Juan Manuel Santos volvió agradecer a su amigo. Según expresó el mandatario colombiano, Chávez le habría manifestado que iría con todo para capturar a Julián Conrado ante la petición hecha por Chucky Santos.
La captura se produjo en la madrugada del 31 de mayo de 2011, en una acción conjunta entre las fuerzas colombianas y venezolanas de seguridad e inteligencia. Julián tenía circular roja de Interpol desde el año 2002.
El gobierno venezolano se somete así una vez más a las órdenes de Santos, del Estado fascista colombiano, así como a la institucionalidad burguesa y al discurso mediático y propagandístico que ha criminalizado la lucha revolucionaria de la insurgencia colombiana.
De inmediato, falsimedia y los cretinos periodistas al servicio de la industria mediática han (des)calificado a Julián como narcoterrorista y se han hecho eco de las acusaciones maliciosas y prefabricadas por el régimen colombiano y su aparato judicial en las que se pretende señalar al artista fariano como portador y traficante de estupefacientes.
Julián Conrado es un luchador social, militante fariano desde los 29 años de edad y artista y músico revolucionario. Tiene actualmente 57 años.
¿Cuáles son sus delitos? Ser miembro de las FARC-EP, ser cantante popular y revolucionario, ironizar musicalmente contra la oligarquía colombiana, el imperialismo y el ejército criminal de ese país,  homenajear a los héroes del pueblo a través de la canción, luchar en defensa de los pobres.
Su producción musical es extensa, con letras bellas y con un profundo mensaje social: Dignidad, Con el mismo amor, María, Bolivariar, Sueño Bolivariano, La rueda de la historia, Arando la paz, Camarada, Alrededor del amor, etc.  
“Quisiera ver la tierra dando vueltas como un caramelo, mirar los niños con una sonrisa de sabor a miel, que no los conviertan en instrumentos que después de viejos no son más que basuras desechables, que cosa tan cruel” canta el camarada Julián.  
A través de sus versos, de sus cantos Julián cumplió con lo que Víctor Jara, el insigne militante comunista chileno, asesinado por los fascistas en 1973 dejó escrito en Manifiesto:
“Yo no canto por cantar
 ni por tener buena voz,
 canto porque la guitarra
 tiene sentido y razón.”
 
“Que no es guitarra de ricos
ni cosa que se parezca
mi canto es de los andamios
para alcanzar las estrellas,
que el canto tiene sentido
cuando palpita en las venas
del que morirá cantando
las verdades verdaderas,
no las lisonjas fugaces
ni las famas extranjeras
sino el canto de una lonja
hasta el fondo de la tierra.”

Julián dijo: “Los artistas y en especial los cantores, todos los artistas del pueblo debemos colocar nuestros esfuerzos al servicio de la causa mayor que es la causa más justa y  más noble que existe sobre la tierra, que es la causa de la igualdad social”.
Combatiente risueño, jocoso, lleno de vida y alegría, consecuente e implicado profundamente con la lucha social, con el Ejército del Pueblo, con sus camaradas.
Eso es lo que los narcoparamilitares del régimen colombiano no perdonan.
Consumada la extradición a Colombia, el imperialismo yanqui tendrá en la mira a Julián a quien pretenderán que a su vez se lo extradite a EEUU. El departamento de Estado pedía 2,5 millones de dólares por Julián Conrado. Si se concreta el traslado a EEUU, querrán quebrarlo moralmente. No saben con quién están. No aprenden la lección que les ha dado Simón Trinidad. Julián también les dirá con firmeza y a viva voz: ¡la lucha de Bolívar continua! Fabricaran pruebas relacionadas con el tráfico de drogas y, al final, cuando tengan que anular los juicios como con Simón, se inventarán algo para condenarlo a 60 años de prisión. Así funciona el prostituido e injusto sistema judicial estadounidense y la pútrida “justicia” colombiana.
Todo ello gracias a los buenos servicios de Chávez. Juan Manuel santos fue claro y explícito: “La colaboración entre las fuerzas de seguridad venezolanas y colombianas ayuda  a las fuerzas militares de nuestro país.”
Más claro no podía expresarse el autor de los falsos positivos.
Chávez se recupera de un problema de su rodilla, pero el malestar perdurará mientras siga arrodillándose ante los fascistas colombianos. Ya no se trata de una trampa, ni de una medida tomada como resultado de asuntos de Estado. Es una postura política e ideológica concreta del régimen venezolano: golpear junto al régimen colombiano a la insurgencia revolucionaria de ese país.
Más temprano que tarde Chávez se dará cuenta como el diablo paga a sus seguidores.
Pero más importante, aunque sea duro decirlo, el pueblo venezolano y latinoamericano le dará el puntapié que hay que dar a los traidores, a los cobardes y a los serviles para mandarlos al basurero de la historia.
Y así como los pueblos no perdonan a estos miserables sujetos, los colectivos sociales reconocen a quienes luchan por los intereses de las mayorías desposeídas, explotadas y oprimidas.
Cuarenta y siete (47) años de lucha, de rebeldía, de insurrección, de dignidad frente a  la oligarquía  y el imperialismo cumplieron las FARC-EP. Un sitial de honor y gloria en la historia revolucionaria de los pueblos tienen las y los combatientes del Ejército del Pueblo, las y los guerrilleros de Jacobo y de Manuel.
Manuel Marulanda, Raúl Reyes, Ivan Ríos, Jorge Briceño, Martín Caballero, Lucero Palmera, Ciro, Jaime Canaguaro, el Negro Acacio, Simón Trinidad, Sonia, Efraín Guzmán,  Mariana Páez y todas y todos quienes están luchando en las montañas, en el campo, en las ciudades, en los barrios por construir la Nueva Colombia, ya tienen un lugar especial en el corazón del pueblo.
Seguiremos cantando y creando musicalmente querido camarada y amigo Julián Conrado.
¡Hemos jurado vencer, venceremos!

Patria Grande, 2 de junio de 2011

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