Hay acontecimientos en la vida de las personas que
marcan profundamente a quien los vive. Esas vivencias son más importantes cuando,
además, se las tiene junto a seres queridos y a personas que son excepcionales
por su calidad humana, su modestia y, sobre todo, porque a través de su praxis,
luchan por la consecución de un mundo más justo y más humano.
En La Habana conocí a una de esas personas, de las
imprescindibles. Laura Villa, Comandante de las FARC-EP, ese ejército
revolucionario de campesinos, obreros, estudiantes y pensadores al servicio de
las causas del pueblo.
Con treinta años de edad, Laura combate ahora en La
Habana, en otro escenario de lucha, por alcanzar la paz con justicia social
para Colombia.
Comandante
Laura Villa ¿cuáles son sus orígenes?
Primero que todo, los saludo con un abrazo fraterno
y bolivariano, a nombre de nuestra organización revolucionaria las FARC-EP, de
su delegación de paz, y especialmente de todas y todos los guerrilleros que se
encuentran en las montañas de Colombia resistiendo y combatiendo por la Nueva
Colombia.
Para hablarte de mis orígenes me traslado a Colombia,
a un departamento de la región Andina: Boyacá. Nací en Tunja, su capital.
Mi familia es de clase media, soy la cuarta de cuatro hijos. Mis padres, los típicos boyacos,
consideran que la única herencia que se les deja a los hijos es el estudio,
razón por la cual todos cursamos carreras universitarias.
Mis progenitores siempre fueron trabajadores
oficiales del Estado. Mi madre como secretaria y mi padre como auditor.
Cursé mis estudios de primaria y secundaria en un
colegio público, el Colegio de Boyacá, muy famoso en su época por la calidad de
la educación. Ahora con la privatización y las reformas educativas, las cosas
han cambiado bastante. Luego cursé mis estudios universitarios en la carrera de
medicina en la Universidad Nacional.
Comandante
¿cómo se vincula a la lucha revolucionaria y en qué circunstancias se une a la
insurgencia fariana?
La verdad no me di cuenta en que momento,
exactamente, vinculé mi vida al trabajo revolucionario. Me acuerdo que desde la
secundaria mostraba bastante interés por
aportar en buscar salidas a medidas arbitrarias del gobierno frente a
las reformas educativas, y la privatización de los servicios públicos en la
ciudad. Me llamaba mucho la atención escuchar los discursos de los dirigentes
estudiantiles y me motivaba bastante acompañar a la gente de los barrios
populares en los paros que hubo hacia 1996 contra la privatización de los servicios
públicos. Luego ingrese a la Universidad Nacional, que constituye un centro
académico donde, aparte de la formación profesional, hay la oportunidad del
debate de ideas, sobre temas políticos, económicos e ideológicos importantes
para el país. En mi caso, aprendí a ver de una forma bastante crítica como el
Estado estaba convirtiendo en negocio a la salud y la educación.
¿Qué
significado tiene para usted tener el grado de Comandante guerrillera? ¿Cómo
asumen los combatientes farianos que una mujer ostente el mando, sabiendo que
se proviene de una sociedad machista?
El grado de Comandante en la guerrilla, tanto para
hombres como para mujeres, significa ante todo una responsabilidad que va mucho
más allá de insignias o charreteras.
Ser comandante significa preparación para adquirir
mayor claridad política, ser ejemplar ante los demás guerrilleros en el trabajo
y en todas las actividades. Ser comandante es asumir la tarea de aportar con
mayor entrega y arrojo para la transformación social.
En el espíritu y letra del estatuto de las FARC-EP,
las mujeres y los hombres gozamos de los mismos derechos y tenemos los mismos
deberes. Y que este rol lo asuma una mujer
es algo importante, porque se trata de una sociedad colmada de discriminación y
machismo. De todas maneras, estos fenómenos sólo se resolverán cuando se
superen obstáculos como la propiedad privada y los conceptos atrasados sobre la
familia y las políticas del Estado que solo encuentran en la mujer materia
prima para la producción y la
reproducción.
Comandante
Laura ¿qué significa para usted el ejercicio de la política? ¿Cómo conciben el
ejercicio de la política las FARC-EP?
El ejercicio de la política es la esencia de nuestra
organización. Somos, ante todo, un partido que por las circunstancias de
represión, militarismo y terrorismo de Estado nos vimos obligados a asumir la
lucha armada para defender la vida y nuestro planteamiento político por una
nueva sociedad.
Nuestro anhelo siempre ha sido buscar la salida al
conflicto por medio de una solución dialogada. La historia demuestra los
múltiples intentos por buscar la paz con justicia social, ante lo cual el Estado siempre ha cerrado las puertas con más
represión como en el caso del bombardeo a Casa Verde, el exterminio de la Unión
Patriótica, el Plan Colombia, etc.
Como bien sabemos la política está condicionada por la
base económica y para que se den los cambios
hacia una sociedad realmente democrática, son necesarios cambios
profundos en la estructura económica, ideológica, y política del Estado.
En las FARC empleamos la táctica de la combinación de
todas las formas de lucha de acuerdo al momento político y al desarrollo de las
contradicciones en los distintos niveles.
¿Cómo
se lleva adelante la formación revolucionaria en las FARC-EP?
En las FARC-EP la formación revolucionaria se lleva
a cabo ligando la teoría con la práctica. Cada escuadra guerrillera es a la vez
célula política y sus integrantes son militantes del Partido Comunista
Clandestino. Este juega un papel fundamental en la formación política e
ideológica de los guerrilleros, cuya base filosófica es el marxismo-leninismo.
Esto se lleva a la práctica en las distintas actividades de la vida
revolucionaria: desde el combate, hasta la más simple de las tareas de la vida
diaria.
Somos ante todo seres humanos, pero nuestra
formación revolucionaria va impresa en todo lo que hacemos.
Como diría el Che: todo el tiempo vamos en la
búsqueda del hombre y la mujer nueva.
Se
cumplieron 3 años del asesinato del Comandante Jorge Briceño. ¿Qué puede
decirnos sobre él?
El Comandante Jorge Briceño, vive en la mente y en
los corazones de todos los farianos. Un hombre ejemplar, valeroso, de carácter,
a quien no le temblaba la voz para decir verdades. Con una humanidad
excepcional, sabía conocer muy bien a las personas. El “Mono”, como
cariñosamente le decíamos, cumplía a la perfección el papel de padre, amigo,
maestro y Comandante. Vivía pendiente hasta del más mínimo detalle. Autodidacta,
para quien no existían imposibles. Siempre nos inculcó la importancia de ser
guerrilleros como el escalón más alto de
la especie humana, ya que nos despojamos de todo para luchar por la vida con
alegría y dignidad.
¿Cómo
ve usted el desarrollo de los diálogos de paz en La Habana? ¿Qué falta para
concretar la paz y que ésta no sea solamente una paz de los cementerios?
La paz que busca el pueblo colombiano es la paz con
justicia social. Llevamos un conflicto armado, sangriento y degradado por el
accionar criminal del Estado colombiano que lleva más de medio siglo.
Para darle solución, es necesario que se solucionen
las causas que lo generaron: la violencia estatal, el terrorismo de Estado, el
despojo de tierras, la pobreza, la desigualdad, la injusticia. La paz requiere
de la voluntad y del reconocimiento de ambas partes de la Mesa. Que los
acuerdos sean producto del intercambio de las partes, con la participación del
constituyente primario que es el pueblo colombiano, quien es el arquitecto
principal de la paz.
Paz significa cambios profundos en la estructura del
Estado, en favor de las mayorías, con soberanía y una verdadera democracia.
En
caso de concretarse un acuerdo ¿cuál va a ser el papel de las FARC-EP en un
escenario distinto al de la confrontación bélica?
Se trata de continuar la lucha por nuestros
objetivos políticos y estratégicos sin tener que hacer uso de las armas, pero
para esto es necesaria una reforma al Estado que nos garantice la vida como
principal derecho.
En
lo personal podría contarnos ¿cuáles son los referentes suyos, quiénes le inspiran
en esta lucha y por qué?
La verdad, en el trascurso de la vida conocemos
personas que nos marcan profundamente con su ejemplo y enseñanzas, como el
camarada Manuel y el camarada Jorge Briceño. El Mono constituyó un gran referente, ya que gracias
a él aprendí a ser guerrillera, a amar la revolución y dar lo mejor de mí en
favor de las mayorías.
Finalmente
Comandante, podría enviar un mensaje a los pueblos del mundo, sobre todo a la
juventud
A la juventud va nuestro abrazo revolucionario,
fraterno, latinoamericanista e internacionalista. La juventud es la semilla que
germinará en los cambios sociales que necesita la humanidad, su rebeldía e
irreverencia son el motor que dinamiza y acelera la revolución en marcha.
Invito a la juventud a romper los muros que la sociedad capitalista y de
consumo construye a través de sus instituciones mediáticas, educativas y
religiosas, que no nos dejan ver más allá, y nos imponen el miedo a pensar
diferente. Con el espíritu de la juventud vamos a dejar de contemplar al mundo
para transformarlo.
No quiero terminar esta entrevista sin saludar al
pueblo ecuatoriano que protagoniza cambios profundos bajo la dirección del
presidente Rafael Correa, convirtiéndose en un ejemplo de lucha
antiimperialista.