
¡Ordene, Comandante en Jefe!
A usted, fiel combatiente que incendió
la aurora decisiva de la independencia
con el esfuerzo de sus nobles entrañas.
A usted, conductor incansable que ha guiado
la ruta de la historia por el honor,
la hermandad, la sólida esperanza.
A usted, invicto soldado que cabalga
sin miedo hacia el sol de la muerte
enfrentando al más brutal imperio.
A usted, que viene y va entre verdades
y lleva en sus manos un corazón gigante
ofreciéndolo con altruismo al mundo.
A usted,
que es pueblo en el pueblo,
que es tierra en la tierra,
que es justicia ante el podio,
que es paz ante la guerra,
le decimos:
¡Fidel, nuestra bandera socialista
jamás se caerá de nuestras manos!
¡ Ordene, Comandante en Jefe !
díganos cuál batalla librar
nuestra victoria será inevitable.
Antonio Guerrero Rodríguez
Vámonos
vámonos ardiente profeta de la aurora,
por recónditos senderos inalámbricos
a liberar el verde caimán que tanto amas.
Vámonos,
derrotando afrentas con la frente
plena de martianas estrellas insurrectas,
juremos lograr el triunfo o encontrar la muerte.
Cuando suene el primer disparo y se despierte
en virginal asombro la manigua entera,
allí, a tu lado, serenos combatientes,
nos tendrás.
Cuando tu voz derrame hacia los cuatro vientos
reforma agraria, justicia, pan, libertad,
allí, a tu lado, con idénticos acentos,
nos tendrás.
Y cuando llegue el final de la jornada
la sanitaria operación contra el tirano,
allí, a tu lado, aguardando la postrer batalla,
nos tendrás.
El día que la fiera se lama el flanco herido
donde el dardo nacionalizador le dé,
allí, a tu lado, con el corazón altivo,
nos tendrás.
No pienses que puedan menguar nuestra entereza
las decoradas pulgas armadas de regalos;
pedimos un fusil, sus balas y una peña.
Nada más.
Y si en nuestro camino se interpone el hierro,
pedimos un sudario de cubanas lágrimas
para que se cubran los guerrilleros huesos
en el tránsito a la historia americana.
Nada más.
Che Guevara
Canto a Fidel
México, 1956.
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